Aunque aparentemente no tengan nada que ver la una con la otra, no cabe duda que hoy en día se trata de dos actividades de suma importancia en el trabajo del entomólogo.

La colección científica de lepidópteros, es imprescindible para el estudio y clasificación de una gran parte de esta fauna. Es sin duda la herramienta de trabajo más importante del entomólogo.

El pequeño tamaño en muchos casos y el gran número de especies similares, hacen que la disección de la mariposa para la extracción de la genitalia sea necesaria para la correcta identificación de muchos ejemplares, algo obligado en una parte importante de los microlepidópteros y heteróceros, y unas pocas especies de ropalóceros. Además de la correcta clasificación de ejemplares, la colección es fundamental para los estudios de descripción morfológica, estudios comparativos o descripción de nuevas especies, subespecies, formas, etc., estudios genéticos de ADN (imprescindibles hoy en día en la sistemática) y un buen número de diversas actividades entomológicas.

Sin embargo, existen casos en que la recolección de insectos no está justificada, como por ejemplo en una gran parte de los estudios faunísticos de mariposas diurnas, ya que éstas son fácilmente identificables a la vista de un experto, necesitando en todo caso la captura con red cazamariposas y su posterior suelta, en los ejemplares dudosos. Aún así, existe un pequeño grupo de especies de ropalóceros que si requieren la captura para su clasificación por genitalia, como por ejemplo algunas especies del género Pyrgus. Otras colecciones inocuas y necesarias son las de iniciación. Aunque no tiene ningún valor científico que un niño coleccione unos pocos insectos, está pequeña colección será determinante para que ese niño se aficione a su estudio y termine siendo un entomólogo, como me consta que nos ha pasado a casi todos los que vivimos apasionadamente el estudio de los insectos.

Finalmente no podemos dejar de nombrar el coleccionismo puro y duro, ese que da el mismo valor a una mariposa en peligro de extinción que a un sello rarísimo, generando un mercado de compra y venta, intercambios y capturas de insectos vulnerables, con el único fin de completar el álbum y satisfacer su ego personal.

Se recuerda que la captura de insectos está terminantemente prohibida, y solo con autorización expresa de la administración competente en Medio ambiente, se puede realizar esta actividad.

Aún tratándose de colectas científicas autorizadas, se ha de ser extremadamente escrupuloso y auto-imponerse una buena dosis de ética personal, con el fin de sacrificar el mínimo número de ejemplares posible.

La otra gran protagonista de la entomología actual es la fotografía. La llegada e implantación vertiginosa de la fotografía digital, ha revolucionado de manera absoluta este mundo. La aparición de Webs con enormes galerías de fotos de insectos, abre un gran abanico de posibilidades en áreas como la faunística, la clasificación de ejemplares, la apertura del conocimiento y la interactividad con los usuarios, que a la vez aportan y construyen con sus fotos la información. Hoy más que nunca, Internet acerca una información especializada a cualquier persona que lo demande, y en este proceso la fotografía es fundamental.

Para el entomólogo, la posibilidad de registrar en su cámara los hábitats, la flora, dejar constancia de una especie en un muestreo, etc. es una ayuda hoy en día imprescindible. Ya existen en el mercado cámaras con GPS incorporado que nos georeferencia la foto de manera exacta, lo que nos evita tener que cargar con un aparato más como el GPS para tomar coordenadas, y estas fotos, volcadas en grandes bases de datos en Internet, suman en el avance del conocimiento de la distribución geográfica de las especies, una de las piedras angulares de la entomología.

En este ámbito es pionera la plataforma FOTOGRAFIA Y BIODIVERSIDAD, donde a finales del año 2.011 se ha llegado a la cifra de medio millón de fotografías de flora y fauna georeferenciadas y en su mayor parte, clasificadas por expertos, lo que integra un inmenso banco de datos de biodiversidad abierto a todo el público y que crece exponencialmente por la interacción de los usuarios.

Otra actividad fotográfica del entomólogo, es la que tiene como fin la ilustración de publicaciones. Hoy en día existe un puñado de verdaderos artistas en la fotografía de mariposas, algunos con su obra abierta en Internet y otros no. Personalmente comencé a dedicarme a esta actividad en 1.992, pero a pesar de haber realizado un trabajo ingente, cuando en el año 2006 cambié la diapositiva por el mundo digital, pude comprobar que prácticamente todo el trabajo anterior podía ir a la papelera sin problemas. En este aspecto, nuestra intención principal es ilustrar el libro MARIPOSAS DIURNAS DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA, un proyecto de futuro con una viabilidad económica incierta, si se quiere algo bien presentado, y más en los tiempos de apreturas que vivimos.